Una rosa
Abrió la puerta muy lentamente, con mucho esfuerzo para no hacer ruido. Empezó a caminar por el pasillo, casi de puntillas. Era ya tarde; como siempre, había estado ocupado en el trabajo. La casa estaba en silencio y él casi se deslizaba por el pasillo, no quería estropear la sorpresa. Y no sólo el trabajo; había vuelto a caer pero, por suerte, esta vez había estado rápido. No iba a volverlo a estropear como había hecho tantas veces. Había olvidado tantos cumpleaños, tantos aniversarios en aquel maldito bar... Pero esta vez ya no lo podía permitir. El pasillo parecía mucho más largo que otras veces, lleno de fotos, que la oscuridad no le dejaba ver. Al entrar al comedor, se tropezó con la mesa. Otra vez ha vuelto a cambiar los muebles de sitio, pensó y siguió su camino hacia el dormitorio. Abrió la puerta muy lentamente, con la mano a la espalda. Y entonces lo vio. Ella estaba allí, tan hermosa... pero había otro hombre que la besaba, la acariciaba, la deseaba sin ni siquiera advertir la presencia de un extraño en la habitación. Ella, parecía extremadamente feliz y él no pudo soportarlo.
-¿Sabes? Esta vez quería arreglarlo de verdad. No me importa que haga casi un año que me dejaras, sé que nunca has dejado de quererme pero que querías darme una lección, para que aprendiera... pero siempre guardé las llaves de casa, de nuestra casa, porque quería arreglarlo todo, como hacía antes... ¿Ves? Si hasta te he traído rosas...
Y el aullido de una sirena de policía rompió el inmenso silencio de la noche.
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O Rose thou art sick.
The invisible worm
That flies in the night
In the howling storm:
Has found out thy bed
Of crimson joy:
And his dark secret love
Does thy life destroy.
William Blake
Posted on 27 de abril de 2009, 14:20
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